El Proyecto Conócete surge de las conclusiones y propuestas de un proyecto anterior de colaboración entre la Asociación Solidaria Mundo Nuevo y los Servicios Sociales municipales de Güimar. El proyecto se llevó a cabo durante el año 2016 y consistió en el desarrollo de un estudio diagnóstico descriptivo de “La competencia emocional de personas que hacen uso prolongado de los Servicios Sociales de base”.
Desde el Proyecto Conócete hemos pretendido brindar un acompañamiento desde un enfoque psicoterapéutico que favorezca el empoderamiento de los usuarios, centrándonos en el desarrollo de sus competencias personales y emocionales. Para ello, hemos facilitado a las personas en dicha situación un espacio de psicoterapia, donde el apoyo no vaya condicionado a las prestaciones que reciben por parte de los Servicios Sociales, y donde el contenido a abordar parta de sus demandas, construyendo conjuntamente con ellos el proceso y respetando su confidencialidad.
El objetivo general consiste en mejorar la calidad de vida de las personas usuarias de los Servicios Sociales municipales, que participaron en el Proyecto “La competencia emocional de personas que hacen uso prolongado de los Servicios Sociales de base”.
De forma específica, se ofrece a dicho grupo de personas un número de sesiones de acompañamiento psicoterapéutico centrado en mejorar su competencia emocional.
Dicho proyecto se ha realizado durante 3 meses y han sido atendidas un total de 17 personas por los dos psicoterapeutas de la Asociación Solidaria Mundo Nuevo, Sergio Ginoria y Xavier Lobo. A continuación trascribimos nuestras conclusiones como profesionales tras dicho proceso:
Tras la evaluación realizada por los usuarios del servicio, las conversaciones con las Trabajadoras Sociales, y considerando los propios diálogos internos que estas voces han generado en nosotros mismos como terapeutas, podemos considerar que un Servicio Psicoterapéutico para usuarios de los Servicios Sociales de base, es algo positivo y necesario.
Las personas necesitan de un acompañamiento más allá de la prestación de ayudas económicas y la gestión de recursos, algo también necesario e imprescindible. La mayoría de los usuarios/as además de acudir a los Servicios Sociales, suelen hacer bastante uso de otros servicios, como los de índole sanitario, pero ninguno de ellos puede dar una cobertura necesaria a su apoyo emocional y relacional, aspectos muy mermados en ocasiones por su situación. Disponer de un espacio psicoterapéutico, de una vinculación con un profesional disponible y cualificado, con una asiduidad temporal ajustada a sus necesidades, posibilita a las personas encontrar un sentido a su situación, comprendiéndolas y abriendo posibles caminos de cambio que puedan facilitar su bienestar físico, emocional, cognitivo y relacional.
Dicho espacio psicoterapéutico necesitaría de una continuidad a largo plazo, para ser un servicio conocido por la ciudadanía y que ellos mismos pudiesen solicitar cuando lo necesitasen, y para que aquellas personas que se beneficien de la misma puedan tener la continuidad necesaria para garantizar un proceso terapéutico de calidad ajustado a sus demandas.
El bienestar psicológico es un elemento fundamental para el desarrollo de las personas, y son precisamente aquellas personas que se encuentran en “circunstancias contextuales maltratantes”, las que no tienen opción de poder disponer de un apoyo psicológico de calidad, por no poder costeárselo. Creemos que para favorecer la igualdad de posibilidades y para no “marginar más al marginado”, es fundamental garantizar este espacio para las personas que se encuentran en dichas circunstancias. Un espacio donde los profesionales no pertenezcan directamente a la Institución (ya que consideramos que actualmente para muchas personas la relación con ésta no es compatible con lo que caracteriza una relación terapéutica), donde la relación no sea de control, sino de apoyo, y donde la voluntariedad y la confidencialidad sean dos premisas básicas, como en cualquier otro servicio privado de psicoterapia, ya que, desde nuestro punto de vista, solo así se puede hacer un proceso terapéutico efectivo. Aun así, consideramos que la propia Institución debería reflexionar sobre sus modos de relación y su función, para incorporar discursos más cercanos a la terapia y más alejadas del control.
Consideramos, como ya hemos dicho con anterioridad, que dar continuidad a dicho Servicio de Psicoterapia, necesita del acompañamiento de políticas sociales y comunitarias que favorezcan la transformación del contexto socioeconómico en el que se desenvuelven los usuarios de Servicios Sociales. “Empoderar los discursos locales” para generar relaciones entre las personas que les posibilite encontrar modos de autogestión que vayan más allá de la dependencia de la Administración Pública, siendo ésta la que acompañe dichas políticas para la gente. Si esto no se realiza, un Servicio de Psicoterapia será un “parche más” para contener un malestar social coherente con las circunstancias en las que se desarrolla. Atender el malestar es nuestra labor como psicoterapeutas y la transformación de las circunstancias es responsabilidad de todos/as, de nosotros mismos también como profesionales, de las personas atendidas y de las propias Administraciones.